Atlatlaucca y Malinaltepeque

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File Name
srg-02-02
Book: Start
47
Census Number
2
Province
Nueva España
Combined Latitude/Longtitude
17°31'28.3"N 96°49'48.3"W
Simplified Latitude/Longtitude
17.524519, -96.830088
Recipient Place
Recipient Place Combined Latitude/Longtitude
40°35′20″N 4°08′52″W
Recipient Place Simplified Latitude/Longtitude
40.3520, 4.0852
Corregidor
Francisco de la Mezquita
Witnesses
Don Martín Maldonado; Juan Bautista; Pedro García; Pedro de Espinosa
Date
Year
Languages
Cuicateca
Raw 11: Local Jurisdiction
El pueblo de Atlatlaucca, aunque es corregimiento por sí, es de la jurisdicción y Alcaldía Mayor de Guaxaca. Tiene este pueblo otros seis poblezuelos que le son sujetos, que se llaman: Xayacallan, Zoquiapa, Acontepeque, Huitzapa, Iztactepexi y Huitzütengo. Están a dos y a cuatro y a cinco y á seis leguas de la cabecera. Está este dicho pueblo de Atlatlaucca juntamente con otro que se nombra Malinaltepeque, los cuales están dados por beneficio a Juan Rodríguez, clérigo, el cual lo visita desde aquí, como abajo irá declarado. El pueblo de Malinaltepeque es dE la jurisdicción deste corregimiento. Está a ocho leguas grandes del, por camino áspero y torcido. Tiene este pueblo un sujeto o estancia que se nombra San Martin, que está a dos leguas de la cabecera. Cae del dicho pueblo de Atlatlaticca, el dicho de Malinaltepeque, a la banda del nordeste. Son estos dos pueblos de muy poca gente, que entrambos a dos tendrán como hasta setecientos indios casados, con sus estancias, poco más o menos, según parece por sus tasaciones.
Raw 12: Local Towns and their Jurisdictions and Difficulty of Journey/Geography
El pueblo de Atlátlaucca tiene por comarcanos al pueblo de Malinaltepeque, como está dicho, y, demás del, tiene el pueblo de Alpitzahua, que está a cinco leguas dél a la banda del noroeste, y el pueblo de Cuetlahuiztla, que está dos leguas a la banda del oeste, cuarta sudoeste. El pueblo de Ejuila está, así mismo, dos leguas, a la banda del sudoeste. Estas leguas son grandes, y de caminos, ásperos y torcidos y montuosos. El pueblo de Malinaltepeque tiene, por comarcanos que se nombran. Los Yolos, el cual está del dicho pueblo cinco leguas a la banda del este. Las leguas destos caminos son muy ásperas y montuosas.
Raw 13: Location Name and Local Language Origins
El pueblo de Atlatlaucca se llama en la lengua cuicateca, que es la que los naturales dél hablan, Ayancua y, en mexicano, Atlatlaucca, que lo uno y lo otro quiere decir en la lengua castellana "aguas corrientes entre quebradas”. Danle esta denominación por pasar por el dicho pueblo un río grande, que vienen a dar en él muchas quebradas de aguas en tiempo dellas, que jamás faltan. Y ansí, parece que el nombre que los naturales le tienen dado es apropiado, por lo que dicho tengo y por lo que abajo irá declarado. El pueblo de Malinaltepeque se llama en lengua chinanteca, que es la que los naturales dél hablan, Malama y, en la mexicana, Malinaltepeque, que lo uno y lo otro quiere decir en lengua castellana "cerros torcidos”. Danle este nombre por estar el asiento del dicho pueblo en el más alto cerro que por allí hay, que no tiene de llano siquiera un tiro de piedra, y los cerros están unos con otros encadenados y torcidos.
Raw 14: Local Hierarchy and Customs
Cuando los españoles vinieron a esta tierra, estos dos pueblos de Atlatlaucca y Malinaltepeque reconocían por rey a Montezuma, el cual los había conquistado por fuerzas de armas y gente de guerra que con sus capitanes envió a esta tierra y provincias, donde sojuzgó a estos dos pueblos de que vamos tratando. No saben dar razón de cuánto tiempo antes que los españoles viniesen los conquistó Montezuma, porque unos dicen que diez y otros que veinte, y en ninguna cosa hay certidumbre porque, como no tenían letras, no asentaban cosa ninguna destas. Por pinturas demostraban estas cosas antiguas, y hánselas tomado todas porque se entendía que, por tenerlas, tenían los mismos ritos y ceremonios que de antes, y ansí se averiguó que ha bien pocos años que idolatraban. Con esto, y haberse acabado los viejos, no hay quien dé razón de cosa, más de que, como está dicho, Montezuma era el señor universal de todos. Y el señorío que sobre ellos tenía era cierto tributo que le daban en cada pueblo de cierta cantidad de grana cochinilla, mantas de algodón y plumería, verde y de todas colores, y unas piedras que acá llaman chalchihuites, que son, de poco precio. Y estos géneros de cosas las iban a buscar a otros pueblos los indios y las rescataban a trueque de unas mantillas de algodón del tamaño de un pliego de papel, que corría entre ellos por moneda. Para recoger este tributo, venían dos indios principales de parte de Montezuma, que se llamaban calpisques, y éstos lo hacían recoger y lo llevaban a la provincia de Cuextlauaca, donde el dicho Montezuma tenía, puesta su frontera de gente de guerra. Y, cuando los capitanes de Montezuma les. mandaban que enviasen gente de guerra para ir a otras conquistas, lo hacían. En lo demás, ni Montezuma ni sus gentes no se entremetían, antes dejaban el mando y el gobierno a los caciques y señores naturales que en cada pueblo tenían, que fueron entre ellos tan respetados y tenidos, que no se contentaban con servirlos como a hombres, sino pasaron a adorarlos como a dioses. Y ansí, les daban todo lo que les querían pedir, y los macehuales vivían en continua servidumbre, sujetos a todo lo que les querían mandar, y no tenían más voluntad que lo que los caciques les querían mandar y ordenaban, aunque fuese mandarles quitar la vida, que muchas veces lo mandaban sin que hubiese hecho por .qué, sino para hacer sacrificio a sus dioses. Porque, si no había esclavo que sacrificar, escogía el señor el que quería, y aquél había de morir para el sacrificio y no había más, como dicen, que tender el pescuezo. Adoraban todos los naturales destos pueblos al Demonio en figura de estatuas hechas de palo y piedras, á los cuales llamaban dioses. Y tenían grandísima suma dellos, variados por diversos nombres que les daban: los unos para la salud, y los otros para los tiempos o temporales buenos, y otros para las mujeres. Finalmente, para todas las necesidades humanas, tenían p articu lar u n dios aquien reverenciaban más que a esotros, q u e llamaban Cuacóqunyos, al cual tenían puesto en u n sacrificadero donde le hacían fiesta cada año, que era en tre ellos de trescientos y sesenta días. A este dios llamaban el dios proveedor de todas las cosas, y ansí le reverenciaban como a tal. También sacrificaban hombres y los mataban los sacerdotes, y les sacaban el corazón y del hacían sacrificio, y del cuerpo hacían potajes y los comían todos los que a la fiesta se hallaban. Y esta manera de sacrificio hacían al Sol, cuando habían de ir a la guerra. Y, si en el pueblo había esclavos, dellos mataban y, si no, el que 'el señor escogía. Los sacerdotes se criaban desde niños en los templos destos dioses, o en ciertas casas que para ellos tenían diputadas que estaban junto a los templos. Eran hijos de los caciques y los demás principales. Aprendían las ceremonias y, cuando algún sacerdote moría o cumplía su tiempo de servicio en el templo, que dicen que era siete años, el señor escogía, de los mozos que para ello se criaban, el que le parecía, y le ponía en aquella dignidad. Y, mientras estaba en ella, no había de llegar a mujer ni beber pulcre. Y, cualquiera destas dos cosas que se les averiguase, morían por ello.. En subiendo a esta dignidad de sacerdote, era más que el cacique, porque no se había de hacer cosa que no pasase por su mano y se consultase con ellos, y, aprobándola, se ponía por ejecución y, contradiciéndola, se dejaba. Y, para ver si convenía hacerse o no, echaban suertes, que es cierta manera de hechicería que tenían. Y en ella invocaban demonios, que no quieren declarar cómo, sino dicen que son muertos ya los que lo sabían, y es porque los han castigado por ello. Particularmente se echaban estas suertes, cuando habían de ir a la guerra, o cuando el señor quería ir a la guerra o casarse, o cuando enfermaba. Y así se creía lo que el sacerdote decía cuando había echado la suerte, como si palpablemente se viera, y conforme a su dicho se hacía o se dejaba, si no prometía buen suceso de lo que se trataba entre ellos. Los caciques tenían todas las mujeres que querían, aunque entre ellas había una que era tenida por mujer natural, y sólo los hijos dolía heredaban el cacicazgo, y no los de las otras. Y, cuando desta no los tenía, aunque los tuviese de otras y de las demás, no lo heredaban. Heredábalo el pariente más cercano, y éste sustentaba a los hijos que quedaban del cacique, que eran tenidos como bastardos. Esta mujer que era tenida .por natural, había de ser. Hija de otro cacique, y procurábase grandemente que fuese de linaje escogido, y en esto se hacía grande hincapié. Los demás, principales y macehuales, tenían todas las mujeres que cada uno podía sustentar conforme a su posible. No daban dote ni cosa alguna con las hijas a los maridos, antes ellos enviaban presentes a los padres porque se las diesen. Y esto aun hoy se guarda entre ellos, digo entre los caciques. Y, como sean de buen linaje, ya está cierto que ninguna ha de quedar por casar. Castigaban con gran rigor el adulterio y el hurto, que, como se averiguase, nadie le podía excusar la muerte al que cualquiera destos dos delitos cometía. Y la hacienda que tenía el tal delin cuente quedaba de allí adelante para el cacique, aunque tuviese hijos, y la averiguación era como de bárbaros, y así debían, muchas veces sin culpa, morir.
Raw 15: Systems of Governance and Politics
El gobierno que tenían era obedecer lo que sus caciques ordenaban, que a ésto no había de haber réplica, ora fuese bien o mal hecho. Los cuales caciques tenían siempre en sus casas uno o dos parientes más cercanos, de los más ancianos, los cuales vivían en otro patio aparte de donde el cacique vivía. Y todas las quejas y demandas del pueblo, y embajadas que de otra parte venían, acudían ante el anciano, y él las trataba con el señor y declaraba al pueblo su voluntad. Y ni más ni menos, cuando el señor quería mandar alguna cosa, las declaraba y mandaba a este viejo, que propiamente era como ayo suyo, y este tal las comunicaba con los demás principales y, declarado lo que el cacique mandaba, luego se ponía en ejecución. Y, si era negocio que los macehuales habían de hacer, mandábase a los tequitatos , que son unos indios mandones que hay en cada barrio, que tienen a su cargo los tales indios que hay en aquel barrio para hacerlos acudir a los servicios que han de hacer, que comúnmente acá se llaman tequios. Estos tequitatos andan de casa en casa diciendo a los indios lo que han de hacer, y de aquello no ha de faltar ninguno so pena de que, si era negocio que el señor mandaba, había de morir luego por ello, aunque fuese causa bien liviana. Y, con esta crueldad y opresión, estaban de ordinario en tanta servidumbre, que casi toda la vida trabajaban.para los caciques, a los cuales, cuando alguno les había de entrar a hablar, después de haberlo tratado con el anciano que arriba está dicho y en su casa tenía, y el señor haber dado licencia para que entrase, entraban sin cacles (que es una manera de calzado que ellos traen; delante va declarado) y, mientras con el Cacique hablan, no levantan los ojos del suelo. Y en esto, y en todas las demás cosas, mostraban la obediencia y acatamiento que al cacique tenían. Y en todo eran obedecidos como señores y reverenciados como dioses, Y su gobierno era en todo bárbaro y no consistía en ley n i en razón, sino en sólo servidumbre y miseria de los pobres macehuales. Y hoy en día, con todo el favor que tienen de las justicias, todavía guardan este respeto a sus caciques, en los pueblos donde los hay. Antes que Montezuma enviase sus capitanes a conquistar estos pueblos, tuvieron guerras con los de Técuicuilco y con los de Ixtepexi. Y estas solas guerras tuvieron, y dellos se defendieron. Los del pueblo de Malinaltepeque tuvieron guerras con los de Ríos y algunos chinantecos, y dicen que no se sujetaron a ellos ni los vencieron. La manera de pelear eran todos juntos hechos escuadrones y, algunas veces, partidos en dos alas. Y, si habían de esperar a los enemigos, procuraban tomar algún lugar fuerte y subirse a un cerro (el más alto que se pudiese), y allí los habían de acometer y, persona a persona, peleaban hasta que se vencían los unos a los otros. Y el premio de. la guerra era hacerse esclavos de los vencedores, y otras veces quedar por tributarios dellos, como lo fueron de Montezuma. . Las armas con que peleaban eran unas rodelas de otate, que. es caña maciza y guarnecida con plumas de diversas colores y con ramos de las mismas plumas colgando dellas, y unas que llaman macanas en mexicano, y en mixieco y cuicateco naateyuni, que son de unos palos de encina del anchor .de dos dedos y tres, y, por la una parte y por la otra, encajados, pedernales agudos a . manera de navajas que hacen dos filos como espadas. Los cuerpos armaban con.cueros de venados y tigres y leones,y, algunas veces, con algunos que llaman ichcahuipiles en mexicano y, en cuicateco, teyoto, que son hechos de manta de algodón de tres y cuatro dobleces y, en medio de manta y manta, una tela del mismo algodón y muy bastado uno con otro. Pintábanse los rostros y las piernas de diferentes colores, por parecer más fieros y hacerse espantosos a los enemigos. Los capitanes iban delante, y eran conocidos en que llevaban los cabellos estirados hacia arriba, y atados por el medio dellos con una correa de cuero. Nombraba el cacique a estos capitanes, y eran aquellos que por más valientes eran tenidos. Algunas veces iban los propios caciques a la guerra, y, cuando no, nombraban en su lugar a uno que era como capitán general y a quien todos obedecían. Duraba poco la guerra porque, como no usaban de ardides, sino que peleaban cuerpo con cuerpo, presto se vencían y sujetaban los unos a lew otros. El hábito y el traje que traían en la.paz eran unas mantas largas de algodón cuadradas, y ataban una punta con otra encima de uno de los hombros, y cubríanlos hasta los tobillos. Y estas mantas eran listadas de colores y tejidas muchas labores. Por abajo tenían una como cenefa hecha de labores y, entretejidas por ella, plumas blan. cas y otras colores. Y, para este efecto, criaban unos pájaros que son de la manera que anadones, salvo que son más grandes y tienen del pico colorado, que los llaman en cuicateco dzacha y, en mexicano, canauhtli. Estas mantas traían los principales, y las de los macehuales eran de henequén, que es ún hilo que sacan de las pencas de maguey y dél hacen una tela muy grosera; y aun muchos dellos aun esto no alcanzaban, y andaban en carnes con solos pañetes de henequén. Y el cuerpo debajo destas mantas traían desnudo, y las vergüenzas tapaban con unos pañetes, que colgaban de un cordel que traían ceñido. Los sacerdotes traían estas mantas ceñidas al pescuezo con un cordel, y en esto se conocían. Traían orejeras y bezotes de oro los, caciques y los principales, y cuentas al pescuezo de chalchihuites y de oro, y, por zapatos, traían unas como alpargatas, salvo que por el peine del pie no tiene cosa ninguna, sino unas cintas de cuero con que se atan a los dedos y al talón que hacen por detrás. Y los principales traían estos talones muy pintados y dorados, y los macehuales no podían traerlo sino llano. Llámase este calzado en cuicateco daqun y, en mexicano, cactles. Las mujeres traen una vestidura que hacen de la propia manta de algodón, y cíñensela por la cintura y cúbreles hasta los tobillos: llámase en cuicateco tazcaa. Y éstas traen, las que son principales, muy galanas y de muchas colores, y tejidos en ellas muchos lazos. De la cinta arriba, vestían otra vestidura que, en cuicateco, llaman teyoto y, en mexicano, huípil, que es otra manta cuadrada, y cosida por los lados y abierta, por donde sacan la cabeza y los brazos. Eran estos huípil es muy galanos, y con la misma cenefa, por abajo que las mantas de los indios; y también, por la abertura por donde sacan la cabeza, tiene su cenefa de colores y plumas. El propio hábitotraen hoy, salvo que los indios traen ya camisas y zarahueles y jubones de manta de algodón, que es como lienzo, y muchos traen jaquetas de paño azul y verde, y así mesmo zarahueíles de lo propio y capotes, y zapatos y botas de cuero. Y otros traen los capotes, y jaqueta y zarahueíles, de sayal, y no hay diferencia de los' mecehuales a los principales, sino que cada uno viste conforme a su posible que alcanza, y muchos, por no tener ninguno, ándan en carnes. Los mantenimientos de que ahora usan y usaban es el maíz, de que hacen unas tortillas delgadas y las cuecen en unas torteras de barro, y es su pan ordinario; frijoles, que son cómo habas pequeñas, chile, y unas yerbas del campo que comúnmente se. llaman quelites; liebres, conejos y venados. Aunque antiguamente no la comían todos, porque se les vedaba la caza por los señores, el día de hoy es común a los que la quieren. Mátanla con red y palos. Gomen lagartijas y ratones, y otras suciedades. Antiguamente los macehuales no podían comer gallinas, sino sólo los principales, y el día de hoy son comunes a todos los que las quieran comer. Y también comen carneros; ovejas, cuando las alcanzan. Hacen una bebida de cacao, que es una fruta a manera de almendras y corre entre ellos por moneda. Muélenlo con la masa que hacen del maíz, y lo deslíen,con agua y lo beben, y les es de muy gran sustento; aunque no todos los alcanzan todas veces, porque cuesta dinero y los macehuales no lo tienen; Beben una como aguamiel que sacan de los magueyes, y bebida así simple es buena y saludable, pero échanle dentro una raíz, que en cuicateco llaman yacu y en mexicano ocpatli y, con sólo echarle esta raíz y tenerlo dos o tres días, se vuelve un brebaje tan recio que se emborrachan con ello. Y éste es vicio muy ordinario. Aunque en este pueblo de Atlatlaucca no se dan los magueyes por ser tierra cálida, pero tráense de a dos leguas y de otras partes para el efecto; demás de que tienen unas ciruelas que llaman hobos, de que, exprimidas ellas y dejarlas envinagrar, hacen un bebedizo dellas de que también se emborrachan. Tienen otra bebida que les es de sustento, que llaman en la lengua cuicateca y ocinde, y en mexicano chía, que también es ordinario entre ellos, y se tiene por saludable y fresca. Los indios dicen que antiguamente hubo mucha gente en estos pueblos. Y esto claramente se sabe: que, de veinte partes, no hay la una. No saben decir si vivían más sanos o no. Yo entiendo que debía ser de una misma manera, salvo que, como había más indios, echábase menos de ver los que morían. Y la causa de haberse, consumido ellos, dicen que han sido tres pestilencias que ha habido des pués que los: españoles vinieron. Y no hay duda sino que es así, porque en una que ahora tres años pasó, que todos vimos, no hubo pueblo donde no murieron ía cuarta parte de la gente .o la tercia De presente habrá como setecientos indios en estos dos pueblos.
Raw 16: Geography of Location and Local Names for Geography
El asiento deste pueblo de Atlailaucca está entre dos cerros muy grandes, uno de una parte y otro de otra, que corren estas dos cordilleras más de cuatro leguas. Y, hacia una parte desta obra, se hace un vallecillo donde está asentado el pueblo. Y por él, y en medio destos dos cerros, pasa un río grande, como está dicho en el capítulo trece. El valle donde está asentado el dicho pueblo tendrá de ancho, por donde más, un cuarto de legua o media legua,. y en este valle está fundado el dicho pueblo. Y, hacia un lado del pueblo, pasa el río, de suerte que va por medio destas dos serranías. Va a dar al Río de Cuicatlán y, de allí, al de Alvaarado, que el uno y el otro van a dar a la Mar del Norte. Lleva siempre cantidad de agua, aunque, en partes dél, va hondo en tiempo de aguas, por el que se suelen coger en él algunas truchas, aunque pequeñas. Corre de sur a norte, y riéganse con este río las sementeras de los naturales, porque, como es tierra caliente, los maizales y sementeras de los naturales son de riego; y ansí, se aprovechan todos los indios del dicho río para riego de sus sementeras, las cuales tienen todas por el río abajo, en que se hace una cañada como de un tiro o dos de arcabuz. El pueblo de Malinaltepeque está fundado en un cerro alto, y cercado dél a la redonda de muchos cerros. Y por ninguna parte hay tierra descubierta, como arriba está dicho.
Raw 17: Health of Land
El sitio de Atlatlaucca parece sano, aunque es caliente más que frío. Y, en algunas estancias que tiene por sujetas, hace mucho frío y, en otras, es el propio temple del de la cabecera. El sitio de Malinaltepeque parece sano, porque es frío y el sol le baña; y no es tierra húmeda, por estar en muy alto. Las enfermedades que son comunes a los naturales son calenturas con dolor de cabeza y de cuerpo, cámaras de sangre, y dolores de bubas, y dolor de costado y de barriga; y las mujeres, mal de madre. Los remedios que ellos usan son entrar en los temazcales, que son como baños artificiales que en cada pueblo los hay, y, cuando los males se entienden que son de calor, como calentura o dolor de cabeza, se bañan en los arroyos y fuentes, y algunas veces se sangran. Y hay entre ellos barberos que sangran con lancetas de pedernal y rompen la vena, como una de las lancetas con que nosotros nos sangramos. También usan de muchos brebajes y unturas de yerbas, y hay entre ellos médicos que tienen este oficio de curar, y, por la mayor parte, son mujeres las que lo ejercitan.
Raw 18: Proximity to Mountain Ranges
Todos estos pueblos están cercados de serranías grandísimas, pero ninguna hay de quien se haga caso ni sea señalada.
Raw 19: Rivers
Ningún otro río hay en este dicho pueblo de Atlatlaucca ni en el de Málináltepeque, más del que está dicho, el cual corre de sur a norte y va a dar al de Cuicatlan, que está a ocho leguas de aquí. Riegan con él las sementeras para su sustento.
Raw 20: Water Features
Ninguna cosa hay en, estos pueblos que poder tratar deste capítulo, y así, va en blanco.
Raw 22: Wild Trees
Hay, en términos deste dicho pueblo y Málináltepeque, encinas, madroños, robles, que no sirven de otra cosa más de para leña, y cubrir casas y moradas de algunos naturales.
Raw 23: Domestic Trees
Hay zapotes colorados que llaman mameyes, y anonas y platanales, y ciruelas que llaman hobos, y naranjas yaguacates, y cañas dulces como las de España, de que se hace el azúcar. Hay una fruta, que llaman cuaxinecuiles, que son como unas, vainas y, dentro dellas, una carnaza blanca dulce. No se da fruta de España más de las dichas, porque, como es tierra caliente, no se da; excepto melones que, si se diesen a sembrarlos, se darían.
Raw 24: Grains
Maíz, frijoles, chile, tomates, se dan, y calabazas. Sirven de sustento a los indios, como está dicho, y todo se siembra y se da en cualquiera destos dos pueblos. Comen los quilites, que son como bledos mercuriales.
Raw 25: Food Crops from Spain
Alguna hortaliza de España se diera, si la sembraran, como coles y lechugas, perejil y culantro; pero los indios no lo siembran ni se dan a ello, por ser más aficionados al maíz.
Raw: 26 Medicines
De muchas yerbas medicinales usan estos indios, y de las que saben dar razón los dichos indios son las siguientes: Para quebradura o desconcertadura de brazo o pierna, toman una corteza de árbol que llaman ellos y la nombran en su lengua y andandaqueno y, en mexicano, cacalosuchil . Ésta, puesta eii la quebradura caliente y liada, dicen que suelda. Para dolor de cabeza, toman un diente de víbora y dan punzadas por la cabeza del enfermo, y es de provecho. Para cámaras de sangre, unto de león y huesos del, molidos y dados en agua caliente. Para dolor de barriga, dan a beber corteza de mesquite desleída a beber con una rosa que llaman suchinacaztle . Desleído todo en agua, dicen ser provechoso. Para dolores de . bubas, toman una raíz que en su lengua llaman acondohoy, en mexicano, matlacpatl . Ésta, dada a beber y desleída en agua, dicen que es muy probada entre los naturales. Para las mujeres paridas, para que cierren las carnes, dan a beber una raíz que llaman chichicpatle. Ésta dan molida y desleída en agua, y con esto se curan. Para dolor de costado, dan a beber una raíz que llaman en su lengua macondohoy, en mexicano, tla copatle. Ésta la dan, como las demás, a beber. Usan de sangrías y purgas con yerbas y raíces de poco momento, que antes provocan a vómitos, y ansí no las asiento. Estás yerbas y plantas declaran los indios tener para curarse, y destas usan los médicos que entre ellos hay. Y otras muchas más deben de tener, sino que no quieren declararlas, ni las que tienen venenosas.
Raw 27: Animals
Hay leones en los montes y coyotes, que son como raposos; hay venados, liebres, conejos, codornices y cuervos, y gallinas y gallos monteses, y palomas y tórtolas y diversos pájaros pequeños; hay víboras y culebras, y diversos géneros de lagartijas. De los traídos de España, hay caballos, muías cabras y ovejas, que, aunque en estos pueblos no se dan los indios a criarlos, pero sábese que se multiplican muy bien. Hay puercos, y galgos y perros de que los indios ya se sirven para cazar. Hay gallinas de la tierra y de Castilla.
Raw 30: Salt
En estos pueblos no hay salinas. Provéense de sal en los tiánguez,; donde se vende, y la traen indios del pueblo de Cuzcatlan y Cuicatlan, qué son ocho y catorce leguas de aquí. El algodón para las mantas de que se visten lo traen de la Costa del Sur, y del Rio dé Alvafadó a la Mar del Norte, que lo uno y lo otro está a más de treinta leguas de aquí. El cacao se trae también de la costa, aunque el mejor es el que se trae de Guatemala y de Soconusco.
Raw 31: Architecture
Las casas de los naturales en este pueblo de Atlatlaucca todas son de paja por no ser la tierra para azotea, que se llueve toda en lloviendo, por bien edificada que vaya. Las de los macehuales son muy pequeñas, y con uno o dos aposentos a raíz de la cálle. Acontece vivir en ellas dos y tres indios casados con sus mujeres e hijos, que están como en una pocilga. Las de los principales y caciques son mayores, y algunas tienen dos y tres patios y, al derredor dellos, unos aposentos sin puertas, que sirven como de recibimientos; y ésta es toda la autoridad de la casa. Todos los materiales que han menester para hacerlas tienen en sus pueblos.
Raw 32: Fortresses
Todos estos lugares están fundados en lugares fuertes, porque la tierra es muy áspera y ellos están cercados de grandes cerros inexpugnables.
Raw 33: Farms
La contratación de los naturales destos pueblos es el maíz que cogen, y de las otras semillas, y de fruta, que cogen en gran cantidad de la tierra, las cuales van a vender y a trocar a los tiánguez; y otros, de otras partes las traen. Y éste es su trato y granjeria. Sus tributos pagan en maíz y en dinero, conforme a lo que la Real Audiencia tiene tasado.
Raw 34: Diocese
Caen estos pueblos en la diócesis del obispado de Guaxaca, a catorce y a diez leguas de la dicha ciudad de Antequetra, donde la catedral está fundada, al noroeste de la dicha ciudad. La cabeza deste corregimiento es este pueblo de Atlatlaucca; los demás, ya está dicho a qué parte caen, y las leguas que hay de aquí a ellos. Todos los caminos son torcidos, y ásperos y montuosos, y las leguas son grandes.
Raw 35: Churches
En todos estos dos pueblos hay iglesias cubiertas de paja, donde se les dice misa y se administran los sacramentos a los naturales dellos. En ninguna dellas hay capellanía ni renta alguna.
Notes
Francisco de la Mezquita authored this Relacion.
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